Tomado de |
1.
DIFICULTADES DE CONDUCTA:
Cada
niño es un mundo y no hay estrategias universales eficaces para
todos ellos. Lo que funciona bien en un niño puede no ser eficaz en
otro. Aun así, hay una serie de principios que utilizados con la
suficiente destreza pueden ponernos en el buen camino para
establecer, modificar o eliminar conductas en niños. Es fundamental
la colaboración familiar en cualquier intervención que nos
planteemos:
Establecer
normas sobre el trabajo en clase: ej. trabajar en la tarea,
permanecer en su sitio, terminar las tareas,…Repetir las normas con
frecuencia y reforzar a los alumnos/as por cumplirlas.
1.2.
REFORZAR
LAS CONDUCTAS ADECUADAS E IGNORAR
LAS INADECUADAS
Describir
los comportamientos
que
serán reforzados:
seguir las instrucciones del profesor, persistir en el trabajo
escolar e individual, permanecer sentado, etc. Ignorar
las conductas inadecuadas
y
cuando no sea posible porque sean muy molestas, utilizar el tiempo
fuera.
Describir
los comportamientos
que
serán objeto de extinción
y castigo,
por ejemplo: hablar e interferir en el trabajo de los compañeros,
levantarse, no hacer las tareas y precisar los efectos asociados a
éstos. Establecer un sistema
de puntos
en
la escuela y en la casa. Comunicarse con los padres para compartir
información respecto al progreso del niño, de tal manera que le
puedan reforzar en casa por dicho comportamiento. Utilizar un sistema
de puntos en los que toda
la clase es premiada
consiguiendo
algunos beneficios por el cumplimiento de las normas. Enseñar al
niño formas
adecuadas de comunicar
sus
necesidades a los demás (ej.: esperar su turno, levantar la mano,…).
Establecer contratos
de conducta
estableciendo
qué se espera de él y qué recompensas obtendrá cuando cumpla los
acuerdos.
1.3.
SUPERVISAR
CON FRECUENCIA
Mirar
al alumno/a a menudo encontrando alguna consigna
como
tocar la espalda, pasar por su lado con el objeto de asegurarnos que
ha empezado la tarea. Supervisar para anticipar
y prevenir
situaciones
que sabemos que pueden representar un problema (por ejemplo, al
terminar una actividad o participar en una tarea grupal) y generar
mayor seguridad y autocontrol.
1.4.
UTILIZAR LAS HERRAMIENTAS BÁSICAS PARA EL CONTROL DEL COMPORTAMIENTO
Los
premios, los
privilegios de clase, la
atención del profesor, los
puntos individuales, los
puntos de grupo, los
autorregistros de rendimiento, el
reconocimiento público, el
tiempo fuera de refuerzo positivo, retirada
de atención del profesor, el
castigo como consecuencia directa de la mala conducta, la
práctica positiva y
el
autorrefuerzo positivo colectivo para el control del comportamiento y
la mejora del rendimiento escolar
1.5.
TÉCNICAS DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA
1.5.1.
Moldeamiento
de la conducta.
Se
utiliza para incorporar nuevas conductas positivas, no presentes en
el repertorio actual, y para afrontar las situaciones de riesgo con
alternativas deseables. El adulto
enseña, paso a paso, mediante aproximaciones sucesivas y refuerzo la
respuesta que deseamos establecer.
1.5.2-Economía
de Fichas.
Estas
técnicas resultan muy útiles para el establecimiento de conductas
alternativas de colaboración en el
aula
y actividades cotidianas. Básicamente consiste en entregar
reforzadores (puede ser algún tipo de ficha, moneda, etc...) cuando
aparezca la conducta deseada. Posteriormente y según un plan trazado
con anterioridad, se intercambiarán por un premio mayor. El
principal reto de ésta técnica es que una vez retiremos los
reforzadores materiales, los propios refuerzos naturales (respuesta
positiva del entorno ante el cambio) lleguen a mantener por sí solos
las conductas en cuestión.
1.5.3-Coste
de la respuesta.
Puede
aplicarse conjuntamente con la economía de fichas. Consistiría en
la retirada de alguno de los reforzadores entregados contingentemente
a la aparición de la conducta no deseada y previo acuerdo por las
partes.
1.5.4-Tiempo
Fuera.
Contingentemente
a la emisión, por parte del niño, de la conducta inadecuada, se le
retira del lugar o separa del grupo durante un tiempo breve (5 a 10
minutos). El adulto, cuando procede a separar al niño, debe procurar
hacerlo sin violencia verbal o física y diciéndole que en cuanto
corrija su actuación volverá a la situación de inicio. Esta
técnica puede provocar reacciones emocionales colaterales y debe
utilizarse con prudencia en función de la edad del niño y el tipo
de conducta.
1.5.5-Reestructuración
Cognitiva-Auto-instrucciones
– Autocontrol.
Mediante
estas técnicas se pretende dar un nuevo significado a las
situaciones problema. Se enseña al niño a controlar y modificar las
ordenes verbales interiorizadas que pueden estar formando parte de la
génesis del problema. Para que el niño aprenda a comportarse de
forma más apropiada necesita estar convencido de que la nueva forma
de comportarse le traerá mayores beneficios.
1.5.6-La
Relajación.
La
relajación puede ser útil, en algunos casos, como complemento del
tratamiento terapéutico. Se enseña al niño estrategias cuyos
resultados contrarrestan los elevados niveles de activación
fisiológica que suelen preceder a la conducta agresiva.
1.5.7-Contrato
Familiar.
Especialmente
útil para casos de adolescentes que viven en un constante conflicto
con sus padres y otros familiares (hermanos, abuelos, etc...). Cuando
las cosas están muy difíciles en las interacciones familiares, el
Contrato Conductual, establecerá por escrito una serie de acuerdos,
pactados de común acuerdo por las partes (adolescente y resto
familia) y que regulará nuevas formas de interacción. El
adolescente puede obtener así una serie de beneficios (p.e. llegar
un poco más tarde el fin de semana sin recibir broncas) pero tendrá
que comprometerse a mantener limpia su habitación o a estudiar un
determinado tiempo. El Contrato debe especificar claramente todas
estas circunstancias y deberá ser firmado por las partes, entregando
una copia al tutor/orientador.
1.5.8-Habilidades
Sociales.
El
entrenamiento en Habilidades Sociales es uno de los más utilizados
en el tratamiento de las conductas disruptivas y/o agresivas. Su
principal objetivo es enseñar al niño conductas más eficaces que
puedan ser empleadas en distintas situaciones sociales. Habilidades
como conversar, relacionarse con sus iguales, expresar sus ideas,
sentimientos e incluso sus quejas, puede hacerse sin utilizar la
agresividad o la coerción.
1.5.9-La
Intención Paradójica.
Supone
un recurso alternativo cuando otras estrategias más convencionales
no han acabado de funcionar. Introducen elementos nuevos no esperados
en las consecuencias de las conductas disruptivas y provocan en los
niños o jóvenes un cortocircuito en el círculo habitual
acción-reacción.
Las
instrucciones resultan paradójicas (no esperadas para el niño). Se
le pide que haga justo lo que él está acostumbrado a hacer para
llamar la atención y provocar el enfado de los demás.
Ello supone un cambio de contingencias en la situación.
En
resumen, el poder de la técnica se basa en su capacidad de
sorprender y cambiar las contingencias de las situaciones, en
especial, aquellas que se han cronificado.
FUENTES:
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